Grito de victoria en Moscú

Era más que una final, era más que un partido de fútbol, era más que un choque entre dos de los mejores equipos del mundo, era más que un duelo de las mejores individualidades deportivas a nivel futbolístico… era una revancha, una nueva oportunidad, la primera final en la historia de la UEFA Champions League en la que se veían las caras dos equipos provenientes de Inglaterra, y sin lugar a dudas, cubrieron cualquier expectativa, por lo menos, en el aspecto emocional del encuentro, capaz no así en los futbolístico.

Como todos ya sabrán a esta altura (y para los que no pasarán a enterarse) el Manchester United consiguió, después de 9 años, una nueva coronación de la competición más importante del viejo continente a nivel de clubes. Y no sólo fue un día especial por la obtención de dicho título, sino también porque un veterano e icono del club, Ryan Giggs, se convirtió en el hombre con más presencias con la camiseta de los “Diablos Rojos”: 759 partidos. Muchas emociones vividas, donde Erdwin Van der Sar se convirtió en figura y héroe de la noche rusa, a pesar de su larga edad, y parece que no quiere retirarse por lo pronto.

Entrando más en lo acontecido durante el partido, el Manchester United abrió el marcador con un cabezazo de quien será sin lugar a dudas coronado como mejor jugador de la UEFA Champions League, Premier League y en conclusión, mejor jugador del año para la FIFA, de quién otro estaríamos hablando si no fuese de Cristiano Ronaldo. El gol, convertido a los 26´ del primer tiempo para ser más exactos, le permitió al equipo de Sir. Alex Fergurson transformar todo ese dominio y buen juego que venía ejerciendo en los minutos predecesores en algo real, y plasmarlo en el marcador. Y así se mantuvo, con un Manchester yendo al frente, sin muchas ideas, pero manteniendo el dominio de la pelota y el control, en general, de las situaciones, que aunque fueron pocas fueron suficientes para justificar lo que era hasta ese momento la victoria por 1 a 0 sobre el equipo de Abraham Grahn. Pero a pocos minutos del final, más precisamente a los 44´ apareció (y aquí es donde empezaron los momentos emotivos) Frank Lampard, un conocido de la casa, para marcar, luego de varios rebotes y de que Erdwin Van der Sar se resbalase, el empate para el Chelsea, capaz sin merecerlo hasta ese momento. Inclusive el Chelsea, en los pocos minutos siguientes antes de la finalización de ese primer tiempo, tuvo un par de llegadas de peligro, y terminó yéndose al descanso mucho mejor posicionado que su rival.

El segundo tiempo puede resumirse en sólo tres palabras: una marea azul. Y es que el Chelsea fue el único protagonista, donde los disparos al arco fueron constantes, las situaciones de peligro, inclusive un remate de Didier Drogba en el poste izquierdo del arquero de origen Hólandes, sumado a varios remates de media distancia de Micheal Ballack, ex jugador del Bayern Munich, hicieron que el Manchester United se metiera mucho más en su propio terreno y a penas, se dedique a jugar de contra golpe con la velocidad de sus “jóvenes puntas”.

Pero nada pudo romper el empate, y por ende, se tuvieron que jugar dos tiempos extras de 15´ con la obligación de completarlos. En los mismo, la tensión aumentaba y las cosas se emparejaron un poco más, porque si bien Frank Lampard tuvo un remate en el poste (el segundo del Chelsea), John Terry despejó de cabeza lo que era la victoria para el Manchester proveniente de un remate de Ryan Giggs.

A pocos minutos del final, el marfileño Didier Drogba se fue expulsado por un encontronazo con Carlos Tévez y luego con Vidic, pero ya faltaban pocos minutos y poco peso hiba a tener tal decisión del árbitro. Ingresaron, durante estos dos tiempos extras, Salomón Kalou por Florent Malouda y Nicolás Anelka por Joe Cole, además de Belleti, para el Chelsea, aunque ninguno de los ingresantes tuvo un gran aporte, especialmente el francés Anelka, quién si sería decisivo (y de manera negativa) en la siguiente definición de los tiros desde el punto de penal. Para el Manchester United, antes de comenzar los tiempos extras ingreso Ryan Giggs por Wayne Rooney, de floja actuación, que además se fue muy molesto y le revoleó su casaca en frente de su propio entrenador. También ingresaría Anderson por Brown sobre el final del segundo tiempo extra, para ejecutar un penal.

En la definición por penales, el Chelsea tuvo la oportunidad de ganar el partido, luego de que Cristiano Ronaldo (luego de una extraña carrera dónde se detuvo por completo, cosa no permitida por el reglamento) fallase un penal, atajado por Meter Cech, en el pie derecho de John Terry, pero este resbalaría y enviaría la pelota lejos del arco protegido por Erdwin Van der Sar, que se convertiría en el héroe de la noche, luego de atajarle el penal a Nicolás Anelka, y de esta manera, darle un nuevo título Europeo al Manchester United.

Merecido, tal vez en el balance final no, teniendo en cuenta este último encuentro, pero si analizamos toda la competición, sin lugar a dudas, fue un justo ganador, que además, tuvo al mejor jugador de la competición, capaz por momentos indeciso, errando penales, pero acertando goles importantes y desequilibrando en los momentos más importantes, sin lugar a dudas, Cristiano Ronaldo, el jugador de esta edición de la UEFA Champions League, por estás, y por muchas otras razones más.

Hasta la próxima edición… y ahora, dentro de pocas semanas, empezaremos a disfrutar de una gran competición Europea, la EuroCopa 2008, que no tendrá a Inglaterra dentro de la misma, pero que si contará con la presencia de Portugal, España, Holanda, Francia, Italia, etc… una competición a seguir para los amantes del buen fútbol internacional.

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